ÁGORA TEATRAL
  MUJERES SOÑARON CABALLOS
 
MUJERES SOÑARON CABALLOS
de Daniel Veronese
Foro La Gruta, Febrero 2010



Texto y Fotografía:
Salvador Perches Galván


Hay un nuevo tipo de violencia en el aire. Lo veo. Lo siento dentro de mí.
Texto y fotos: Salvador Perches Galván.
 
Los criaderos intentan que cubra a una yegua.
Se rehúsa.
Finalmente lo consiguen.
El caballo, que sabe que ha nacido de esa yegua,
Se precipita intencionalmente desde lo alto de una roca.
Aristóteles.
 
El caballo es, desde tiempos inmemoriales, la noble bestia que a acompañado al ser humano en el devenir de la historia, actor relevante en la conquista de México, Don Miguel de Cervantes lo describe en su glorioso Don Quijote de la Mancha, dramáticamente no es un tema frecuente, según nuestra memoria, la mas famosa de las obras en torno al noble corcel es, sin duda alguna Equus, escrita por Peter Shaffer en 1973 y representada en el mundo entero desde su estreno. En nuestro país ha sido Enrique Gómez Vadillo quien se ha encargado de montarle periódicamente, excepto una ocasión cuya renovada dirección estuvo a cargo de Rafael Sánchez Navarro, con Hector Bonilla como el Dr. Dysart y Roberto Sosa con el atribulado Alan Stang, que entes interpretaron infinidad de actores, siendo estrenado en el Teatro Manolo Fábregas, por el maravilloso José Galvez y el atinadisimo debut estelar teatral de Jaime Garza como Alan, quien compartió créditos con Ignacio López Tarso y Carlos Ancira quienes también dieron vida al Dysart. Héctor Álvarez, algún otro joven histrión que se nos escapa y Mauricio Ochman han sido Alan Strang, y, desde 1984 en todas las reposiciones, excepto la mencionada, dirigida por Sánchez Navarro, Martin Dysart ha sido interpretado por el propio Gómez Vadillo, responsable de la dirección.
En Equus, Alan, un adolescente perturbado, integrante de una familia absolutamente disfuncional, ama a los caballos y trabaja en una caballeriza, un día, intempestivamente y sin razón aparente le saca los ojos a varios de ellos. El templo de su dios Equus ha sido profanado y la deidad y sus sacerdotes, como Edipo, no deben ver el pecado que corrompe al mundo.
 
Una novela, adaptada al cine y en México al teatro por maestros y alumnos de la ENAT, es They shoot horses don’t they?¿Acaso no matan a los caballos?, de Horase McCoy
 “Tienes razón -pensé-. Es la única manera de que termine de sufrir”. “Cuando yo era niño solía veranear en la casa de campo de mi abuelo, en Arkansas. Un día me encontraba en el ahumadero de carnes, cuando vino mi abuelo, muy excitado. “Nellie se ha roto una pierna”, dijo mi abuelo. La vieja Nellie estaba tendida en el suelo gimiendo, atada todavía al arado. Nos quedamos allí de pie, mirándola, sólo mirándola. Al poco regresó el abuelo con el fusil que había usado en Chickamauga Ridge. “Ha metido la pata en un agujero”, dijo, mientras le daba palmadas cariñosas en la cabeza. La abuela me hizo volver la cabeza y mirar hacia otro lado. Comencé a llorar. Oí el disparo. Todavía lo oigo. Corrí, me agaché y me abracé al cuello de Nellie. Yo quería al caballo. Y odiaba a mi abuelo. Me levanté y empecé a propinar puñetazos a las piernas de mi abuelo… Al día siguiente, el abuelo me explicó que él también quería a Nellie, pero que no tenido más remedio que matarla. “Era lo mejor que podía hacer -dijo-, el pobre animal ya no habría podido hacer nada más. Era la única manera de acabar con sus sufrimientos…”.
Tenía la pistola en la mano.
-Muy bien- le dije a Gloria-. Cuando quieras.
-Estoy preparada.
-¿Dónde?
-Aquí. A un lado de la cabeza.
El muelle se agitó al recibir el golpe de una ola.
-¿Ahora?
-Sí.
Disparé.
-¿Por qué la has matado? -me preguntó el policía que iba sentado a mi lado.
-Ella me lo pidió.
-¿Has oído eso, Ben?
-Es un muchacho muy servicial -dijo Ben por encima del hombro.
-¿Es eso lo único que puedes alegar?
-¿Acaso no matan a los caballos?
El prestigiado cineasta Sidney Pollack basándose en el libro de McCoy realizó una espléndida adaptación cinematográfica cuyo resultado es Baile de ilusiones, o Maratón de baile en las inefables rebautizadas mexicanas a cintas extranjeras, con una espléndida Jane Fonda como la atribulada Gloria y un no menos excelente Michel Sarrazin como el servicial amigo que la ayuda a dejar se sufrir.
 
Esto viene a colación por el mas reciente remontaje del muy talentoso Daniel Veronese (quien actualmente dirige en nuestro país para Ocesa la obra Gorda, de Neil LaBute), que también alude al magnifico espécimen zoológico, el equino. Perturbadas Mujeres soñaron caballos tan perturbadores como Nellie y Nuget, los protagonistas equinos de ¿Acaso no matan a los caballos? y Eqqus
 
Daniel Veronese nació en Buenos Aires el 8 de noviembre de1955, en 1975 obtiene el título de Técnico Químico en la Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 1. A partir de entonces, estudia dramaturgia con Mauricio Kartun, y teatro de títeres con Ariel Bufano.
En 1985Incursiona en el teatro de objetos y cuatro años después crea el grupo de investigación teatral "El periférico de objetos" que basa su experimentación en el trabajo de integración de actores y objetos.
En 1990 realiza una puesta de la pieza Ubú Rey, de Alfred Jarry.  Entre 1991 y 1993 escribe las obras Crónica de la caída de uno de los hombres de ella y Variaciones sobre B..., obra que también dirige; Del Maravilloso mundo de los animales: LOS CORDEROS, El hombre de arenaDel Maravilloso Mundo de los Animales: CONVERSACION NOCTURNA; Luz de mañana en un traje marrón, Luisa, Señoritas porteñas, Breve vida, la pieza radiofónica En la mañana y Cámara Gesell.
En 1995 dirige Máquina Hamlet, sobre el texto homónimo del alemán Heiner Müller. Escribe Unos viajeros se mueren y La terrible opresión de los gestos magnánimos.
De 1996 al 2000 continúa una efervescente actividad creadora entre la escritura y la puesta en escena: Dirige Circonegro, obra de su autoría. Escribe, además, "Women’s white long sleeve sports shirts" y "Ring-side". Escribe y dirige Zooedipous, Eclipse de un auto en camino y Sueño de gato; La noche devora a sus hijos; Monteverdi Método Bélico (muchas de estas obras la ha escrito y dirigido al alimón en colaboración con A. Alvarado y E. García Wehbi); Mujeres soñaron caballos.
 
Coproducida por el Festival de México en el Centro Histórico, la Coordinación Nacional del Teatro del INBA y Teatro Línea de Sombra, Mujeres soñaron caballos indaga en la violencia de lo cotidiano, una violencia que, al mismo tiempo, puede ser trasladada a la realidad política y social de nuestros países. Veronese dirige a un grupo de actores mexicanos, reunidos especialmente para esta obra por el Teatro Línea de Sombra.
“Cuando comencé a escribir esta obra, lo hice a partir de una extraña noticia que me llegó, intuyo, distorsionada: suicidios colectivos de mamíferos cuadrúpedos (nunca supe que clase de animales eran éstos). El informe decía que se arrojaban por un acantilado, aparentemente sin causa (como sucedía con borregos en la película Lejos del mundanal ruido, -Far From The Madding Croad, John Schlesinger, 1960-, nota del redactor). Sentí que debía escribir sobre esa necesidad de estar en el aire, de vivir en el aire, cuando la tierra ya no puede soportar el peso de nuestro pensamiento. Estando en el aire, ¿a que nos atrevemos?. Hay un nuevo tipo de violencia en el aire. Lo veo. Lo siento dentro de mi y dentro de mucha gente. Yo decidí escribir entonces. El trabajo en escena es terreno de reconocimiento y disección de estos sentimientos censurados y amorales que no nos permitimos expresar del todo. Algo del trabajo final me permite percibir por qué algunas cosas son como son”. Escribe Veronese en torno a la génesis de su perturbador texto.
Por su parte Enrique Olmos, en el mismo programa de mano afirma: “La aproximación a la violencia es tarea simple. Cualquiera puede componer un texto donde la urdimbre se apure condalazos y griterio estrambótico, policías ineptos y sofisticados ladrones. Sin embargo, la violencia más cruda, más elemental –pero al mismo tiempo más común- está encerrada en la vida familiar, en grupos de personas hacinadas simplemente por su pasado genético, destinadas a compartir una cena, por ejemplo. Esta simple anécdota es el armazón de la obra: su origen y destino.”
Una reunión familiar, seis personajes, tres hermanos y sus respectivas mujeres se mueven en un reducidísimo espacio, el nuevo departamento de una de las parejas, la del hermano mayor con la menor de las mujeres, otra de las parejas tiene la misma situación pero inversa, la mujer mayor con el más joven de los hermanos, la última pajera esta conformada por el mediano de los hermanos con una mujer joven, pareja ambiciosa, ella con pretensiones artísticas, fotógrafa, ahora guionista cinematográfica, escribe un guión donde las mujeres sueñan caballos, sueños eróticos. Secretos celosamente guardados, silencios, deseos reprimidos, infidelidades, reales o deseadas, muertes ¿accidentales?, pasados turbios. Alta tensión flota en el ambiente todo el tiempo, los demonios andan sueltos, la violencia se desata, un final inesperado, e impactante.
Una puesta en escena redonda, donde texto, dirección, escenografía, y, por supuesto actuaciones, se encabalgan perfectamente en esta carrera desbocada teniendo como meta un salto al vacío.
Veronese encabezando el inmejorable equipo dirigiendo su propio texto, cargado de misterios, de lecturas entrelineas, de hurgar en las complejas relaciones familiares; por supuesto, hay que resaltar la labor de Teatro línea de sombra como soporte de esta magnifica producción, con Jorge Vargas al frente de la dirección artística de la prestigiada compañía, que, con esta puesta en escena logra un peldaño mas, bajo la producción ejecutiva de Alicia Laguna.
Y es precisamente Teatro Línea de sombra quien concibió la puesta en escena mexicana de Mujeres soñaron caballos como un proyecto de intercambio teatral, como un espacio de colaboración teatral que atrae nuevas miradas sobre la creación escénica; como un espacio para el encuentro entre distintos temperamentos teatrales y distintas naciones del abordaje teatral a los llamados “realismos” y finalmente un laboratorio emergente donde esta diversidad y encuentro ha producido una puesta en escena marcada por este “mestizaje teatral”.
El elenco conformado por actores de distintas formaciones y generaciones reúne a maduros y experimentados como Rosa María Bianchi y Arturo Ríos, otros ya conocidos en nuestros escenarios, como Sophie Alexander Katz, Antonio Vega y Gabino Rodríguez  y le significa un excelente ingreso a las ligas mayores teatrales a Maricela Peñalosa. Todos y cada uno de este heterogéneo elenco, alcanza desempeños francamente memorables, imprimiéndole cada uno de ellos a sus respectivos y complejos personajes un brillo escénico inmejorable, tan inmejorable como la puesta en escena que retorna a los escenarios, luego de su exitosa temporada, tanto de publico como de critica del años pasado en el teatro El Galeón, cuyas fotografías que acompañan al texto corresponden a ese montaje.
La gran duda es ¿por qué los escasos ejemplos dramáticos aludidos al magnifico animal tiene estos referentes trágicos y perturbadores, a los que se une el montaje Cabeza de Caballo, escrita y dirigida por Diana Rossette, actualmente en el Teatro La Capilla?.
 
El teatro es de todos. Asista
 
Absolutamente recomendable.
Mujeres soñaron caballos, de Daniel Veronese.
Dirección: Daniel Veronese.
Actuación: Rosa María Bianchi, Arturo Ríos, Sophie Alexander Katz, Arturo Barba, Gabino Rodríguez y Maricela Peñalosa.
Foro La Gruta, del Centro Cultural Helénico. Av. Revolución 1500, Col. Guadalupe Inn.
Costo: $200.00 pesos.
LUNES 20:30 Hrs.
 Barranca del Muerto










 
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