ÁGORA TEATRAL
  LA PURA IDEA EXCITA
 
  LA PURA IDEA EXCITA

de David Gaitan
Teatro La Capilla, Enero 2010
En el desnudo artístico, la intención es humana y el resultado estético

Texto y Fotografía:
Salvador Perches Galván

 
La moral sexual católica, como toda moral, evalúa la bondad del comportamiento sexual y proporciona principios generales para evaluar la moralidad de cada acto y de quien lo ejecuta.
La Iglesia considera pecado la actividad sexual extramatrimonial porque viola el propósito de la sexualidad reproductiva humana fuera del matrimonio. El acto conyugal mira a una unidad profundamente personal que, más allá de la unión en una sola carne, conduce a no tener más que un corazón y un alma ya que el vínculo matrimonial debe ser un signo del amor entre Dios y la humanidad.
La Iglesia exige a sus miembros que eviten la masturbación, la fornicación, el adulterio, la pornografía, la prostitución, la violación, los actos homosexuales y los métodos anticonceptivos. Evidentemente, el aborto puede acarrear la pena de excomunión,
El relato bíblico de la creación (Génesis 1-3) proporciona una antropología que informa la moral sexual católica. Los versículos siguientes son frecuentemente citados en los estudios sobre el asunto:
El señor Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, y mientras dormía tomó una de sus costillas y la sustituyó con carne; y de la costilla que el señor Dios había tomado del hombre hizo una mujer y se la dio al hombre. Entonces el hombre dijo "Esto es por fin hueso de mis huesos y carne de mi carne; se llamará Mujer, porque fue hecha del Hombre." Así el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y se convertirán en una sola carne. Así que ya no son dos, sino una carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Y el hombre y su mujer estaban ambos desnudos y no se avergonzaban.
(Gn 2, 21-25)
Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, a imagen de Dios, hombre y mujer los creó. Y Dios les bendijo y les dijo "Creced y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla"
(Gn 1, 27)
Dijo a la mujer: ... "Parirás con dolor, tu deseo será por tu marido, y él te gobernará"
(Gn 3, 16)
La historia de Onán (Gn 38) se suele traer a cuenta de los argumentos contra la masturbación y la contracepción: cuando Onán fue a la mujer de su hermano, derramó su semen en tierra, para no dar descendencia a su hermano. Y lo que hizo fue desagradable a los ojos del Señor, y también le mató.
(Gn 38, 9-10)
Dos de los Diez Mandamientos se ocupan directamente de moral sexual, prohibiendo el adulterio y desear la mujer del prójimo (Éx 20, 14, 17; Dt 5, 18.21).
Jesucristo comentó estos mandamientos en Mateo 5, 27-28:
Habéis oído que se ha dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer con lujuria ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
 
Pese a los siglos transcurridos, un signo de nuestro tiempo lo sigue siendo la exhibición del cuerpo humano. El nudismo tiene detractores y defensores. Mientras unos lo siguen atacando ferozmente, otros lo defienden quitándose las vestimentas. Unos se ponen muy serios para teorizar acerca del nudismo; otros simplemente se enfrían las extremidades poniéndolo en práctica.
De hecho, no existe una sola forma de nudismo, sino toda una variante de manifestaciones:
El nudismo tribal de algunos grupos étnicos y selváticos que aun perviven en una civilización de plásticos y figuras sintéticas;
el desnudo integral, público y obligado de los campos nudistas a nombre de la naturaleza;
el nudismo vacacional de las playas con motivo de descanso y vanidad presumiendo de regresar a casa con la piel bronceada;
el nudismo literario que se escuda en la frase de Oscar Wilde, “no hay libros morales o inmorales, sino libros bien o mal escritos”;
el nudismo de las artes plásticas, el cine y el teatro a nombre de criterios estéticos y cánones de belleza.
Cientos de años de taller grecorromano se dedicaron a decorar templos y plazas con estatuas desnudas, aunque, claro está, no todas fueron obra de arte, cuando lo fueron, esas estatuas significaron, y siguen significando, no sólo el arribo del hombre a su propia forma externa alcanzando la perfección del cuerpo, sino el reflejo de la belleza interior, la razón y el alma trascendiendo músculos y torsos.
El escultor griego no se proponía exhibir desnudos a los dioses y a los héroes como fin, sino como principio. Iba de lo material a lo racional, de la forma corpórea al espíritu vivificante.
Lo mismo se repitió en el Renacimiento, cuando la desnudez llegó a los templos católicos en representaciones de condenados, de justos o de ángeles. No era el culto al cuerpo por el cuerpo mismo.
El desnudo en Miguel Ángel, en Velázquez y aun Goya con su célebre Maja, es el triunfo de la mente, la supremacía del espíritu, la desnudez de la  interioridad trascendiendo la carne.
En cambio, el desnudo del que hoy se abusa en el cine y en la publicidad, no intenta descubrir la perfección del ser humano como unidad desdoblada de carne y de espíritu, sino detenerse exclusivamente en la carne sexuada, pero exenta erotismo, sin referencias a los más altos valores de la persona.
Anatomía sí, mente no. Arte… lo de menos. Dinero… lo demás. Uno es el desnudo comercial y otro es el desnudo artístico. Mundos diversos por la intención y por el resultado. En el desnudo artístico, la intención es humana y el resultado estético, en el desnudo comercial, la intención es morbo y el resultado económico.
En nuestro escenarios teatrales, distantes quedan ya los primeros ejercicios de mostrar la epidermis integra de los histriones, Alejandro Jodorowsky es, probablemente de los primeros en desnudar a sus elencos con su celebre Así hablaba Zaratrustra, también en la década de los setenta del siglo pasado, Nancy Cárdenas desnudo a sus actores (José Alonso y Octavio Galindo), que no a sus actrices (Ana Martin y María Rojo) en Cuarteto, en el Teatro Granero, y, por vez primera, en un “teatro para familias”, el Manolo Fábregas exhibían los genitales, a plena luz de, los entonces muy jóvenes, Jaime Garza y Maritza Olivares (a quienes le siguieron, en otros teatros Blanca guerra y Tina Romero) en Equus, por su parte Abraham Oceransky, asentado en el Galeón, logró la atención de cientos de jóvenes que acudían en tropel a ver sus obras Simio o Acto de amor, en la que también el elenco, encabezado por Luisa Muriel y Horacio Salinas, actuaban escasos de ropa, o incluso, sin ella, esta pareja, en otro foro y de la mano del mismo director, llevó sus audacias al límite de lo sexual en Flor del infierno, cuya anécdota era muy similar a El bebé de Rosemary, una mujer era poseída por el mismísimo demonio para sembrar su semilla en ella, y en la obra, la posesión era muy bien representada, y, tal vez por vez primera, en un teatro serio, no pornográfico, un hombre en escena exhibía su pene en total erección.
En tanto en las grandes capitales del mundo sus escenarios eran invadidos de cuerpos desnudos en títulos como Oh Calcuta o Hair, el Teatro Vizcainas ofrecía Fuera ropa, espectáculo de corte nudista en cuyo elenco figuraban Tito Vasconcelos, Alberto Estrella o Lupita Sandoval, entre otros.
Luego de este breve y superficial recorrido por la epidermis teatral nacional, en la que, obligado es mencionar el infalible recurso de “prohibido tomar fotos durante el desnudo”, a partir de ahí resulta relevante la interrogante: ¿Por qué siempre que hay un desnudo en el teatro, a la gente se le olvida la obra para ver los cuerpos? Con esta pregunta arranca la puesta en escena La pura Idea excita, cuya historia se va contando a través de reflexiones similares, a pesar de los fallidos intentos de los actores por decir algo que, sienten, nunca logran transmitir a su público.
La pura Idea excita es una audaz y moderna obra que, directamente y sin tapujos versa sobre el sexo y sus fantasmas; sobre lo peligroso que es desear, sobre la desnudez y sobre las relaciones de pareja, en este caso heterosexual pero que se puede aplicar a cualquier otras formas de preferencias.
A través de la exploración minuciosa de las relaciones de pareja, La pura Idea excita, pone sobre la mesa el tema de la sexualidad. En ella dos actores reflexionan con el público sobre el manejo que hacemos cotidianamente de nuestros cuerpos, nuestros impulsos y deseos. La obra ataca el territorio de la moral, poniéndola en entredicho: planteando alternativas de acción ante una serie de fantasías y anhelos igualmente cotidianos. La obra busca, sin afanes panfletarios,  que el espectador reflexione sobre el comportamiento que tiene, el que debe tener y el que le gustaría tener.
La idea de La pura Idea excita nació en diciembre de 2007, comenzando ensayos en febrero de 2008; la premisa de la cual surgió fue la de hablar sobre el deseo y el manejo que cotidianamente se hace del mismo. Ante la aplastante sensación de que muchas personas pasan su vida sin hacer las cosas que les interesa hacer, el impulso por hablar en torno a esto se volvió el motor de la obra. La puesta en escena fue un trabajo experimental desde su inicio; la dramaturgia surgió a partir de pláticas del grupo sobre escenas o situaciones que valdrían la pena ser escenificadas; así surgió la primera escena y, posteriormente, conforme el proceso lo exigió, se fue creando el resto del espectáculo.
La dirección es responsabilidad de Ana Beatriz Martínez y David Gaitán y respondió a las necesidades específicas del discurso de la obra. El manejo de la luz es crucial para contar la historia eficientemente; por lo que Matías Gorlero, se unió al grupo. La pura Idea excita se estrenó en el XVI Festival Nacional de Teatro Universitario obteniendo menciones honoríficas de Mejor Actriz, Mejor Dramaturgia Original y el Premio del Público a Mejor Obra. La pura Idea excita estrenó en el Foro Antonio López Mancera del Centro Nacional de las Artes con una exitosa temporada y tuvo una segunda temporada en el Teatro El Milagro, dentro del ciclo Teatro Emergente, posteriormente formó parte de la programación de la XXX Muestra Nacional de Teatro y ahora reestrena en el teatro La Capilla,verificando así su pertinencia profesional dentro de las artes escénicas de nuestro país.
La obra es una creación del grupo LGST, agrupación teatral independiente conformada por actores de la Escuela Nacional de Arte Teatral que, ansiosos por generar proyectos escénicos propios e innovadores, exploran nuevas técnicas y disciplinas escénicas para crear una generación teatral fértil y de vanguardia. La pura Idea excita es el segundo montaje de LGST; su primera puesta en escena fue ReMar, que alcanzó las 100 representaciones presentándose en teatros como el Salvador Novo, El Foco, Foro La Gruta, entre otros, además de encuentros y festivales nacionales e internacionales, que también reestrena en el teatro La Capilla los domingos a las 13:00 hrs.
La pura Idea excita es un excelente ejemplo de la moderna dramaturgia y propuesta escénica en la que sobresale el valor y la audacia del par de frescos y talentosos histriones, que son, además directores, y, en el caso de el varón, también dramaturgo. Dos cuerpos totalmente desnudos, a plena luz, sin inhibiciones ni pudores se muestran de manera ejemplar para hablar de lo que la doble moral aun impide hablar, sobre nuestro cuerpos, sobre nuestras necesidades fisiológicas, pero también sobre nuestro deseos y fantasías, sobre nuestra sexualidad, en una puesta fresca y novedosa, en la que, sin duda, aun existirán “buenas conciencias”, como diría Carlos Fuentes en su novela homónima, que se escandalicen por la forma y el fondo de las cosas, es decir, sobre la belleza del cuerpo humano sin trapos que lo cubran, y también sin mordazas que callen lo que hay que decir a gritos en bien de la salud mental y sexual de las generaciones por venir.
En hora buena a los valientes y talentosos Ana Beatriz Martínez y David Gaitán, por permitirnos escuchar lo que ya no se puede callar, y observar sus cuerpos desnudos, sin morbo, sin el deseo de cerrar los ojos, y si con la naturalidad y la belleza que la naturaleza ha creado en su mejor obra, nuestra anatomía.
 
 
Francamente excitante y refrescante resulta esta novedosa puesta en escena, muy recomendable
La pura idea excita, de David Gaitán
Dirección Colectiva del Grupo LGST
Con: Ana Beatriz Martínez y David Gaitán
Iluminación: Matías Gorlero
Teatro La Capilla
Madrid 13. Col. Del Carmen, Coyoacán
Reservaciones: (55) 30 95 40 77 o teatro_lacapilla@yahoo.com
Domingos 18:00 hrs.
Admisión general: $100
Estudiantes, maestros y personas de la tercera edad: $50
Del 24 de enero al 7 de marzo


 







 
  HOY ERES UNO DE NUESTROS 60576 visitantes COPYRIGHT RICARDO GUTIERREZ fotoricky@yahoo.com 04455.3493.9449  
 
ÁGORA TEATRAL Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis