Texto y Fotografía:
©2009 Ricardo Gutiérrez Chávez
“Una mujer sola es un trozo de carne arrojado en la tierra que después comenzara a apestarse y a pudrirse…”
Fatwa (fatua) es un ordenamiento que nunca prescribe y que dicta la forma correcta de vivir, estas fatwas son emitidas por especialistas en ley religiosa musulmana que en muchas ocasiones se contradicen entre ellos. El sentido de esta obra se refiere a las fatwas que son de carácter persecutorio y de muerte.
El 2 de noviembre de 2004 fue asesinado Theo Van Gogh, descendiente del pintor holandés Vincent Van Gogh, destacado director de cine que produjo y realizo el cortometraje “Sumission” basada en el guión de una Somalí llamada Ayaan Hisi Ali que aborda el tema de la violencia contra las mujeres en las sociedades islámicas. Ayaan Hisi Ali fue amiga de Theo y perseguida por sus criticas contra las imposiciones religiosas. Estos hechos reales sirvieron de inspiración a Alberto Castillo Pérez para escribir la obra FATWA en la que como Theo sigue la línea de la somalí que se atrevió a ser diferente en un ambiente hostil.
Con recursos escenográficos elementales, la creatividad de los realizadores nos lleva por rampas que conducen a planos de divinidad donde la religiosidad se separa de los dogmas y fanatismos que desde siglos han atentado contra el desarrollo de los pueblos. Ayaan Hisi Ali se manifiesta en el cuerpo sincronizado de dos actrices (Mariana Gajá y Pilar Cerecedo) que nos llevan a presenciar escenas tan espiritualmente devastadoras como la ablación del clítoris de la mujer musulmana que condenada a la vida sin placer esconde su rostro bajo la burka azul.
El mensaje es claro y contundente, la fuerza interior que otorga el apego irrestricto a la libertad empuja a esta Mujer a salir adelante y aunque todo gira en su contra consigue llevar su mensaje al parlamento holandés. Análoga a nuestra condición de seres agresores de la figura femenina esta obra impacta nuestra conciencia haciendo voltear a nuestras propias fatwas como la discriminación, el fanatismo impuesto por decreto contra el laicismo o la libertad de cultos o la persecución sistemática de los anhelos por ya no ser víctimas de las estupideces parlamentarias atacando nuestra capacidad de reclamo con un bombardeo constante de fatwas culturales que nos reducen a ser espectadores de nuestra decadencia social.
Una mujer como Ayaan Hisi Ali es una llama encendida que arrojada a la tierra es la luz que enciende el anhelo por la libertad.
