ÁGORA TEATRAL
  EL TIEMPO VUELA
 
EL TIEMPO VUELA
Polyforum Cultural Siqueiros, Octubre 2009

Texto y Fotografía:
©2009 Ricardo Gutiérrez Chávez


Al llegar al teatro, me llamo la atención ver al productor Gerardo Quiroz sentado en una mesa frente a la puerta de entrada al foro, afinando los detalles para la celebración de las primeras 100 representaciones de esta obra, dando instrucciones y concentrado en los detalles del evento, trabajaba con la pasión que se requiere para hacer teatro; también me di cuenta que el jefe de prensa Pedro Vallejo requiere de actualización en relaciones publicas pero sobre todo en medios de comunicación, lo digo por su desprecio al impacto masivo que tienen las revistas electrónicas; pero pasemos a lo importante.
De acuerdo a la idea de Seki Sano, el artista no puede ser indiferente ante la sociedad y la época en que vive, al contrario, debe ser agente activo para la toma de conciencia social.
El teatro es además de diversión, una gran herramienta para concientizar sobre problemas actuales, combinar entretenimiento con educación, es la formula pedagógica por excelencia, en este caso resulta un reto sumamente complicado presentar de forma divertida el tema del cáncer; en una frontera demasiado delgada se podría caer en la irrespetuosa desconsideración por quienes han sufrido directa o indirectamente este terrible mal; o por otro lado el humor negro podría quitar el fin didáctico que pretende esta obra.
La puesta en escena mantiene el equilibrio gracias a que el actor Ernesto Laguardia, apoyado en el texto y bajo una dirección adecuada, consigue impactar al publico de tal manera que las actitudes de prevención ante este tema, surgen de forma espontanea.
La imagen del conductor de programas de revista (bastante ligeros para el talento de Laguardia) se diluye en esta extraordinaria actuación, aunque sería recomendable cambiar el vestuario sacrificando el glamur por la congruencia, esto no es impedimento para que las emociones se desborden arrancando el llanto del público como no lo había visto antes.
La dirección está a cargo de Rafael Perrín, su sello se distingue en el uso del escenario, pero sobre todo en que administra los tiempos clave y los hace explotar cuando es oportuno, consiguiendo que este monólogo actual y realista sea también divertido, tal como lo promete el slogan publicitario.
Los padrinos de la develación fueron Carmen Armendáriz, Salvador Mejía y Maxime Wodside quien visiblemente emocionada hablo de su experiencia indirecta ante esta enfermedad que es una de las 10 principales causas de muerte en nuestro país.








 
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