LA MUERTE DE BUCHNER
Teatro El Milagro, Febrero 2010
Texto y Fotografía:
Salvador Perches Galván
El gran modelo de todo el teatro moderno ... Georg Büchner
Desde 21 de enero y hasta el 21 de febrero se lleva a cabo un ciclo que reúne a cuatro compañías independientes que dan cuenta de un importante panorama del movimiento teatral de los estados.
El rinoceronte enamorado, la compañía estable más sólida de San Luis Potosí, y El Milagro estrenaron La muerte de Büchner, texto y dirección de Edén Coronado, una obra que nació de la admiración de su autor por la emblemática figura del teatro contemporáneo occidental: Georg Büchner, autor de obras como La muerte de Danton y Woyzek, que fue, además, médico y activista político en el primer cuarto del siglo XIX.
El dramaturgo y prosista alemán Karl Georg Büchner nació el 17 de octubre de 1813 en Goddelau y estudió Medicina. Se vio forzado a huir a Suiza a causa de sus actividades políticas radicales. Allí enseñó Anatomía y escribió su primera obra, La muerte de Danton, alegato pesimista sobre los logros del revolucionario francés Georges Jacques Danton, y quizás un reflejo de su propia desilusión revolucionaria. Por el contrario, Woyzeck, cuenta la historia de una humilde y oscura figura, un pobre hombre que mata a su mujer y se suicida porque no puede desenvolverse en medio de las injusticias de la sociedad. Obra inconclusa a la muerte de su autor, en ésta se ve el gran pesimismo de Büchner. Sirvió de libreto para la ópera Wozzeck del compositor austriaco Alban Berg. Leoncio y Lena, una sátira sobre las condiciones políticas de su época. Nunca representadas en vida de su autor, estas tres obras ejercieron una gran influencia en el posterior teatro alemán, anticipando el drama naturalista de 1890 con su compasión por el pobre y el oprimido y más tarde en el expresionismo, que daría voz a la desilusión de los artistas e intelectuales después de la I Guerra Mundial.
El talento de Büchner es tenido en gran estima tanto en Alemania como en el extranjero y sus obras se representan con frecuencia. Se considera que, de no haber muerto tan joven, hubiese adquirido la importancia de Goethe y Schiller.
Fue hijo del renombrado químico y médico forense Ernst Büchner y cursó estudios secundarios en el instituto Ludwig Georg de Dramstadt donde se especializó en ciencias y en lenguas modernas (francés, italiano e inglés).
Los Büchner educaron a sus hijos en un ambiente en el que predominaba el gusto por las ciencias, la literatura y la cultura en general. El doctor Ernst Büchner, fue cirujano castrense de los ejércitos napoleónicos durante cinco años, antes de ser médico en Goddelau. Su admiración por la figura de Napoleón y su interés por todo lo relacionado con la cultura francesa tuvo sin duda gran influencia en el hijo. Ernst Büchner, que era ateo, suscitó el interés de sus dos hijos, Ludwig (físico y filósofo) y Georg, por la ciencia y el componente materialista de su pensamiento.
La madre, Caroline Reuss, quien pertenecía a una familia de altos funcionarios, también contribuyó al desarrollo del talento creativo de Georg con su enorme afición a la literatura. Fue ella quien le educó hasta los nueve años.
La primera muestra del pensamiento de un jovencísimo Georg Büchner de 17 años, se encuentra en un ejercicio escolar: su defensa del suicidio de Catón de Útica. El eje de su argumentación es la idea de que la vida no es un mero lugar de tránsito hacia un paraíso post mortem sino un fin en sí misma. En 1828 se interesa por la política y forma un círculo de aficionados a William Shakespeare que probablemente será el núcleo de la futura Sociedad para los Derechos Humanos, inspirado por teorías socialistas utópicas, que funda en marzo de 1833, una sociedad secreta dedicada a la causa revolucionaria. Al mes siguiente, regresa a casa de sus padres en Darmstadt donde crea una sección de la misma sociedad. A finales del mismo año enferma de meningitis y decide terminar sus estudios en la Universidad de Giessen.
En noviembre de 1831, entra en la universidad de Estrasburgo para estudiar medicina. Allí profundiza su conocimiento de la literatura francesa, y entra en contacto con grupos republicanos franceses, opositores a la monarquía de Julio, establecida después de la abortada revolución de 1830. Se aloja en casa del pastor protestante Johann Jakob Jägle, de cuya hija se enamora y con la que se compromete en la primavera de 1832.
En aquellos años, Büchner participa en los movimientos que sacuden Alemania en pro de la unificación de sus 50 estados, la mayoría de ellos gobernada por monarcas absolutistas. En abril de 1833, luego del fracaso de una tentativa de insurrección liderada por estudiantes y liberales Georg se ve obligado a tranquilizar a sus padres, preocupados por sus tendencias políticas, asegurándoles que se mantiene al margen de todo tipo de actividades subversivas, situación que no obstaculiza su defensa por la revolución como único medio capaz de cambiar un orden social que considera injusto. Afirma que "la lucha entre ricos y pobres es el único combate revolucionario en el mundo".
En octubre de 1834, Büchner empieza a escribir La muerte de Danton. Publica numerosos artículos polémicos y satíricos en El mensajero de Hesse, por lo que es censurado y perseguido por las autoridades. Büchner se oculta en casa de sus padres donde termina La muerte de Danton. Traicionado tiene que abandonar su país y huir a Estrasburgo en 1835.
En 1836 obtiene un doctorado por la universidad de Zúrich e inicia la redacción de la primera versión de Leoncio y Lena. A finales del mismo año continúa su labor de investigador, mantiene contacto con otros refugiados políticos y trabaja en Woyzeck. La obra permanecerá inconclusa y fragmentada en cuatro manuscritos, por lo que se desconoce el final que el autor tenía pensado. El Woyzeck büchneriano cobra un sobresueldo trabajando como conejillo de indias para un médico. A partir de aquí su creador hace un minucioso análisis psicológico del perturbado barbero y soldado, entrelazado con crítica social.
La muerte de Danton, escrita en cinco semanas cuando Büchner permanece oculto en el hogar paterno, se desarrolla en torno a la contraposición ideológica y psicológica de las personalidades de Danton y Robespierre: un Danton humano, gran orador, extrovertido, pasional, arrepentido de sus errores y crímenes, sensual y vividor frente a un Robespierre rígido, frío, austero, puritano e inflexible. Ellos son los dos ejes de la obra, las dos formas de ver la Revolución. Büchner se documentó de forma exhaustiva para esta obra teatral, la cual incluye fragmentos de discursos auténticos. La primera edición de esta obra fue "depurada" de obscenidades y expresiones inconvenientes por su editor, el también escritor Karl Gutzkow, de forma involuntaria y por imposiciones de la censura, recortes que dejaban la obra “hecha una ruina”, según sus palabras.
Georg Büchner murió en Zúrich, poco después de haber dado una conferencia en la universidad. El tifus, resultado de las malas condiciones en que huyó de Alemania y del que nunca logró recuperarse, acabó con su vida el 19 de febrero de 1837 a la edad de 23 años. La brevedad de su obra no ha sido obstáculo para que esté considerado uno de los mayores autores de teatro de todos los tiempos, precursor de varios estilos, entre ellos el teatro del absurdo o el expresionismo.
Büchner era un autor alemán poco conocido cuando Karl-Emil Franzos publicó sus obras, que posteriormente tuvieron una gran influencia en el naturalismo. Arnold Zweig consideró Lenz, la única obra en prosa de Büchner, el “inicio de la moderna prosa europea”. Lenz es una novela basada en la vida del poeta Michael Reinhold Lenz.
El propio Büchner consideraba a Reinhold Lenz su maestro porque, entre otras cosas, compartía su deseo de mostrar la naturaleza humana “sin velos”. Como curiosidad se puede añadir que otro gigante de las letras germanas, Franz Kafka, era gran admirador de Reinhold Lenz, quien enloqueció a los veintisiete años de edad.
Lenz es considerada la primera descripción científica de la esquizofrenia que aparece en la literatura universal. Estos párrafos ilustran el estado de ánimo del autor: “Me asusto de mí mismo. El sentimiento de estar muerto estaba siempre sobre mí”. Estas letras son de marzo de 1834, un año antes de escribir Lenz y La muerte de Danton.
Aparte de las obras mencionadas, se sabe que Büchner escribió, Pietro Aretino, y un diario, los dos en manos de su prometida, Minna Jaegle, responsable, junto con la familia Büchner y el editor Karl Gutzkow de que hoy no se pueda disponer de ambos. Todos aquellos que estuvieron relacionados con Büchner se esforzaron tras su muerte más por limpiar la imagen del difunto en beneficio de su propio prestigio, que por preservar intacta su obra.
En los albores del siglo XX se comenzó a situar la obra de este autor en el puesto de honor que hoy ocupa. Max Frisch, Gerhart Hauptmann, su redescubridor, Frank Wedekind, creador de Lulú, o Brecht fueron, entre otros, sus admiradores. Antonin Artaud incluyó Woyzeck en su selección Teatro de la Crueldad. Max Reinhardt y Orson Welles se ocuparon de llevar a escena La muerte de Danton. Una prueba de su valor dentro de las letras germanas es que el Premio Nacional de Literatura se llama Georg Büchner-Preis.
Carl Zuckmayer, dramaturgo alemán afirma: “Yo en realidad no tengo ningún modelo, excepto uno al que quiero llamar el gran modelo de todo el teatro moderno: Georg Büchner”.
Para Bertolt Brecht, Georg Büchner fue la principal inspiración de su evolución como dramaturgo.
Gerhard Hauptmann vio en Woyzeck el primer héroe proletario fruto del determinismo ambiental y genético.
Frank Wedekind, autor de La caja de Pandora, donde ofrece su creación más famosa, el personaje de la seductora omnisexual que muere a manos de Jack el Destripador, Lulú, no sólo fue uno de los “redescubridores” de Georg Büchner, sino también otro de los autores que muestra claramente su influencia, particularmente en su crítica a la sociedad burguesa y en las descripciones sin tapujos de la realidad de la naturaleza humana, particularmente en su aspecto sexual.
La obra de Brüchner no ha podido mantenerse al margen de la polémica ideológica entre quienes ven en él, a un materialista con simpatías por un socialismo incipiente y quienes destacan el pesimismo y el fatalismo nihilista que recorren toda su obra, tan contradictorios con cualquier actitud positiva y transformadora.
La controversia sobre su evolución en materia de fe religiosa no es menor. Por una parte Georg Büchner se hace eco del ateísmo paterno que tiene su origen en la contemplación del sufrimiento humano y en la imposibilidad de creer en Dios, capaz de permitirlo; por otra, hay quienes se preguntan si en algún momento Büchner llegó a buscar, como su personaje Lenz, la fe de las gentes sencillas, aquellas a cuyo lado siempre quiso estar: “Intentémoslo alguna vez y sumerjámonos en la vida de los más pequeños”. La descripción de ambas actitudes opuestas está presente en su obra. La correspondencia del propio autor tampoco parece aclarar mucho sobre este punto, ya que la única muestra evidente de religiosidad por su parte fue una frase que repitió en sus últimos días, delirando: “No tenemos demasiados sufrimientos, sino demasiado pocos, porque por medio del sufrimiento nos unimos con Dios”.
Recuperado para la historia por autores como Kafka o Brecht, Büchner fundó las posibilidades de una teatralidad inscrita en la difuminación del relato para centrar su atención en lo inacabado, en el discurso fragmentado que es fiel imagen de nuestra incompletud.
Con La muerte de Büchner, de Edén Coronado, premio de Dramaturgia Manuel José Othon del 20 de noviembre 2009, El rinoceronte enamorado de San Luis Potosí participa en el ciclo Los estados en El Milagro.
El rinoceronte enamorado es una compañía que reúne a su alrededor artistas varios para crear sobre el escenario un teatro que intenta responder el tiempo que nos tocó vivir. Propone una dramaturgia regional que hable de la esencia provinciana que nos conforma e identifica en la dimensión del dolor humano. Busca, a través de sus montajes escénicos, que el equilibrio entre el silencio absoluto y la palabra perfecta revele el alma de los personajes.
Dedicado desde hace 14 años a la creación escénica, El Rinoceronte Enamorado ha convocado a numerosos artistas locales y foráneos para apuntalar un proyecto de creación constante. Luego de haber mantenido en Comodato el Teatro del IMSS de San Luis Potosí durante 9 años, realizando una actividad de gestión y promoción cultural, en fechas recientes concluyó la primer etapa de la edificación de su sede permanente de trabajo: la sala teatral El Rinoceronte Enamorado. Esta circunstancia hermana a la compañía con El Milagro, pues se trata de agrupaciones artísticas que apuestan por la sustentabilidad del discurso y de la vida misma del proyecto a partir del espacio propio.
En este sentido ambas compañías se han propuesto establecer mecanismos de colaboración para el desarrollo de los espacios y su capacidad detonadora de creación escénica. Es así como llega al Teatro El Milagro la nueva producción de El Rinoceronte Enamorado: La muerte de Büchner.
La muerte de Büchner teje una probable trama entre el autor y sus fantasmas, entendiendo por estos a sus personajes y a sus seres más cercanos. Entramado con su padre y su novia por un lado y con Danton y Lenz por el otro, el joven Büchner recorre su vida y su muerte a partir del método científico que busca respuestas luego del fallecimiento: la autopsia.
La muerte de Büchner es un montaje escrito y dirigido por Edén Coronado que va entretejiendo supuestos encuentros entre el trágico autor con dos personas reales y dos de sus personajes, que en mucho se sustenta en la muy acertada interpretación de Bernardo Gamboa como Büchner, acompañado en escena por el prestigiado director Mauricio Jiménez como el padre, a quien, en momentos no se le escucha por el bajo nivel de voz; Antígona González como Minna, Enrique Ballesté como Danton y Antonio Herrero como Lenz complementan el elenco de manera eficiente.
De acuerdo a una ¿casual? coincidencia estética, con otras varias obras en cartelera, la obra tiene un alto grado de plasticidad, logrando cuadros de verdadera belleza, aunque en principio cueste un poco de trabajo inmiscuirse en la intrincada trama, que, paulatinamente logra atrapar al espectador. Hacia la recta final, la muerte de Büchner es recreada con el propio actor que lo representa y un maniquí.
La muerte de Büchner representa a San Luis Potosí en este importante ciclo que refrenda dos necesidades para el teatro de hoy: abrir ventanas al mejor teatro que batalla por construir una nación teatral en provincia y refrendar la vocación de teatro el milagro, un espacio para los proyectos que aspiran a la autogestión y la independencia artística.
El rinoceronte enamorado presenta un original trabajo, aunque no muestre la contundente realidad que nos aqueja, con atentados, ajustes de cuenta, futbolistas baleados, asesinatos masivos de estudiantes, narcotráfico y chuladas por el estilo, que nutren espacios noticiosos electrónicos e impresos, cosa que si sucede, hasta ahora en el caso del Grupo Alborde Teatro A. C. de Ciudad Juárez, Chihuahua con su impactante montaje Mara o de la noche sin sueño, de Antonio Zúñiga. Sin embargo, esto no es un error, es simplemente una característica de este montaje que mucho tiene de valor.
El teatro es de todos. ¡Asista!
Recomendable,
La muerte de Büchner, de Edén Coronado
Compañía: El rinoceronte enamorado de San Luis Potosí
Dirección: Edén Coronado
Actuación: Bernardo Gamboa, Mauricio Jiménez, Antígona González, Enrique Ballesté y Antonio Herrero.
Funciones: Jueves y viernes a las 20:30 horas, Sábados a las 19 y domingos a las 18 horas.
Boletos $140.00 (aplican los descuentos habituales del 50%, viernes, día del espectador: $ 50.00, vecinos de la Colonia Juárez, maestros y estudiantes de teatro $ 50.00)
Hasta el 14 de febrero.
Teatro El Milagro. Milán 24, Colonia Juárez, entre Lucerna y General Primm, a dos cuadras de Reforma e Insurgentes.
