EL AÑO PROXIMO A LA MISMA HORA
Teatro Independencia Septiembre 2009
Texto y Fotografía: ©2009 Ricardo Gutiérrez Chávez
Aunque en momentos Tony Dalton no se desprende de su propia personalidad, es decir no logra apropiarse del personaje que representa, esto en realidad es pecata minuta en comparación a la excelente sincronía que logra, apoyado en Alejandra Barros quien imprime en esta puesta en escena el ritmo que permite que el publico vibre al unísono de George y Doris, nombre de los personajes de esta historia escrita por Bernard Slade.
George y Doris comparten su vida, su intimidad y su amor, una vez cada año, en el mismo lugar y a la misma hora, un cuarto de hotel es el espacio donde esta pareja se esconde para detener el tiempo en una catarsis emocional que les permite regresar a sus vidas familiares cada quien con su respectivo cónyuge, sintiéndose cada año más unidos.
En esta obra producida por Morris Gilbert, no podía faltar el toque característico de OCESA, presentado en cada acto un excepcional video que nos ubica en el contexto histórico dentro de los 25 años en los que se desarrolla esta obra, llamando particularmente la atención las atinadas referencias de la vida social y cultural ocurridas en la segunda mitad del siglo XX.
La escenografía se transforma con el paso de los años con simples detalles que nos provocan la sensación de brincar cada 5 años en un salto de tiempo donde esperamos emocionados notar los cambios de imagen y de personalidad que los actores nos muestran en el transcurso de la función donde es un acierto no poner ningún intermedio, consiguiendo que la atención de los espectadores no se disuelva ; la obra es constante y cautivadora, emocionalmente nos conduce a simpatizar con los personajes deseando que su encuentro anual no deje de ocurrir.
En esta versión de la misma obra que representara hace 20 años Silvia Pinal y Héctor Bonilla, existen momentos muy cómicos, combinados con escenas realmente emotivas, y aunque Tony Dalton no es Héctor Bonilla, la escenografía , la historia, la versatilidad de Alejandra Barros y la magnífica dirección de Claudia Romero, nos hicieron disfrutar de una noche de buen teatro.
Morris Gilbert, Tony Dalton, Claudia Romero y Alejandra Barros