ÁGORA TEATRAL
  MARA, O DE LA NOCHE SIN SUEÑO Por:S.P.G.
 
MARA, O DE LA NOCHE SIN SUEÑO
Teatro El Milagro, Enero 2010
 
Texto y Fotografía:
Salvador Perches Galván


Espantoso desbordamiento de odio y resentimiento.
 
 

Desde hace décadas se ha visto el surgimiento de modas diferentes en el ámbito juvenil. Modas que imponen desde la forma de vestir, pasando por el lenguaje y los gustos musicales y, por supuesto formas de comportamiento. El cine y el teatro han retratado estas agrupaciones de jóvenes, como en Amor sin barreras, Rebelde sin causa, Nacidos para perder, Easy Rider, o la emblemática Los guerreros, por citar solo algunos ejemplos estadounidenses y en nuestro país, allá por los sesentas y setentas abundaron cintas con temas de juveniles, la mayoría dando una visión o muy rosa o muy negativa sobre la conducta de este enorme sector de la sociedad, películas como La edad de la violencia, El mundo loco de los jóvenes, Los adolescentes, El mundo loco de los jóvenes, en los sesentas, y en la década subsecuente se vieron cintas como Las puertas del paraíso, Fin de fiesta, Azul, eclipse de amor; Mas allá de la violencia por citar solo algunas, cintas en donde se reflejaba la forma de vida de los jóvenes en sus respectivas épocas. El teatro no ha sido ajeno, y también hay ejemplos al respecto, la misma Amor sin barreras, que de hecho nace teatral, para dar paso a la adaptación cinematográfica, casos idénticos a Vaselina y a la imprescindible Zoot Suit, que, de alguna manera, es un referente al tema que ahora nos ocupa, bandas de jóvenes migrantes, asentados en los Estados Unidos, en aquella maravilla, que se conoció en nuestro país con el título de Fiebre latina, se abordaban hechos violentos entre bandas de inmigrantes, en el tiempo en que los “ilegales” era conocidos como pachucos.

En la actualidad, la violencia exacerbada que se da en el mundo entero, conoce y reconoce a algunos de estos grupos, que tiene su centro de operación en nuestro continente, con el nombre de Maras.

Mara es el sinónimo salvadoreño de pandilla delictiva juvenil. Originada por el retorno a centroamérica de enormes cantidades de emigrantes deportados, principalmente por delincuencia, desde México y Estados Unidos, transfiriendo las condiciones a los planos nacionales, aquellas condiciones de marginalidad, violencia, delincuencia y supervivencia, aprendidas y desarrolladas por los deportados en los distintos lugares en los cuales tuvieron su estadía. A ello se agregan jóvenes de sectores sociales marginados, conformando una amenaza social por la violencia con la que actúan, tanto hacia afuera como hacia adentro de estos grupos.

Mara es el nombre con el que se conoce a bandas dedicadas al crimen organizado localizadas en Centroamérica Estados Unidos, constituidas por una mayoría de hondureños, guatemaltecos, salvadoreños, otros centroamericanos y en menor medida algunos mexicanos.

Básicamente se conforman dos grandes Maras que se conocen como: La Mara Salvatrucha (MS). Y la Mara 18 que surge inspirada de pasajes bíblicos respecto al numero de la bestia "666", 6 + 6 + 6 = 18. Es debido a eso que se llama Mara 18 también conocida como MS-18.

El término centroamericano mara proviene de marabunta.- colonia de hormigas que se alimentan de todo lo que encuentran a su paso, habiendo tomado en Centroamérica el significado de conjunto de gente alborotada y tumultuosa. La mara Salvatrucha, nace en Los Ángeles, California. Salvatrucha, significa salvadoreño trucha, trucha significa estar atento.

El fenómeno se agrava a partir de la introducción de drogasLas actividades criminales de la mara Salvatrucha incluyen venta de drogas, extorsión, venta de armas, robo, asesinatos por encargo, etcétera. de amplio consumo como el crack, marihuana, pegamento para zapateros o inhalantes, heroína y otras, las que son comercializadas y consumidas por estos grupos de pandilleros.

Ante ello los gobiernos han explotado políticamente la situación, haciendo ofertas electorales que establecen planes para luchar contra la Mara, en forma de plan mano dura, con lo que agregan otro tipo de violencia a la ya existente socialmente en El Salvador, cuyos componentes principales son de tipo represivo tanto en el ámbito legal, policial y penitenciario. Sin atacar el problema de raíz ó causa social, política, etc., sobre lo que originan las maras.

El crecimiento de estas pandillas tiene como contraparte el aumento de las remesas que envían los centroamericanos que viven en el exterior, que a la fecha se ha convertido en el principal flujo económico que sostiene las economías y la delincuencia locales, desplazando los principales productos de exportación de esa contribución al producto del país.

También son conocidos por emigrar a Estados Unidos y seguir las actividades delictivas en otros países por inadaptación y falta de educación, además de querer lograr el sueño americano, en varios países se lleva a cabo una ola de programas de readaptación social impulsada entre otros por antiguos miembros de dichas pandillas y su ingreso a eventos culturales y deportivos para salvarlos de ese mundo violento en el que viven y lograr la paz social y contribuir con el crecimiento y desarrollo de la sociedad en la que viven.

Su principal fuente de ingreso, además de las remesas de Estados Unidos, son las extorsiones a la población que tiene un nivel de vida aceptable. Dichas extorsiones son de carácter obligatorio y no hay negociaciones razonables, ya que las consecuencias son atroces.

Sostienen células (clicas) localizadas en Latinoamérica con más de 100.000 miembros.

Sus actividades en los Estados Unidos atrajeron la atención del FBI que, en 2005, hizo redadas contra los pandilleros en las que fueron detenidos seiscientos miembros de la MS.

Los integrantes de la mara Salvatrucha, al menos en sus inicios, solían hacerse tatuajes con los que demostraban su membresía, costumbre que se ha ido reduciendo para evitar identificarse debido a sus actividades criminales.

Los Maras han creado su propia "cultura", que se expresa en un lenguaje de palabras y señas. Generan valores, tipificados de anti-valores y los inculcan dentro de sus miembros.

El sentido de resistencia se expresa a través de la diferenciación, que en lugar de estar oculta se hace presente y plantea una pertenencia asumida ante otros grupos y ante la comunidad que los rodea. De esta manera, el estilo o uniforme funciona como identificador del grupo y por lo tanto, se lleva en todo momento y en cualquier lugar, mostrando su pertenencia en su vida cotidiana.

Asimismo, entre mareros de Guatemala, El Salvador y Honduras, el tatuaje tiene funciones de identificación y de estatus dentro del grupo.

Aunque existen relatos contradictorios, parece que, al menos en las pandillas, no existe total libertad para dibujarse tatuajes. Por el contrario, el tatuaje desempeña diferentes funciones, entre ellas, distingue el cargo o mando del pandillero, y depende de la tarea que haya realizado. Relatos de los maras sugieren que los tatuajes deben ser ganados a través de actos que se realizan en beneficio de las pandillas. En este sentido, los tatuajes pueden considerarse biografías de la vida de los mareros y pandilleros, como cicatrices o marcas de los eventos realizados en los cuales se expuso la vida del individuo en nombre del colectivo. Como letras en un papel para ser visto, no pueden pasar inadvertidos por el grupo.

Es un mérito individual, otorgado colectivamente por el esfuerzo y el riesgo personal realizado.
Por eso, el rango se asigna según la cantidad y el significado de los tatuajes, y reconoce el mérito ante el riesgo y la valentía asumidos, siendo sinónimo de triunfo. No es casual entonces que se diga que requiera de aprobación para copiar un tatuaje por parte de la persona que porta el original.

Algunos tatuajes señalan la pertenencia al grupo con letras y números que identifican a la mara o pandilla. La Mara Salvatrucha por ejemplo, utiliza como uno de sus símbolos el número «13» o las letras MS, dibujadas de distintas maneras. En la pandilla 18 se utiliza el mismo número que le da nombre. En ambos casos se presentan combinaciones extrañas de números arábigos con números romanos e incluso con nomenclatura de lenguas indígenas y a veces diseños que se supone, son autoría de quien los porta. Otros tatuajes se refieren a las experiencias personales de cada individuo: la vida en la prisión (cárceles, las torres), las penas y alegrías vividas (cara feliz y cara triste, los payasos), la perdición (los dados), la muerte de seres queridos especialmente compañeros de pandilla (signos acólitos, lágrimas), la dificultad para abandonar la vida de marero (la telaraña), y lo que conlleva ser marero (tres puntos que representan la mara, la cárcel y la muerte).
El graffiti, al igual que el tatuaje, tiene además un aspecto creativo, tanto individual como colectivo.
Ambas creaciones son consideradas por varios investigadores y estudiosos como producciones culturales que invierten la valoración negativa que se le asigna socialmente a determinados estilos, transformando el estigma en emblema. El graffiti sirve para demarcar el territorio y ser así reconocido por las pandillas. Se utilizan números, letras y símbolos que han identificado como suyos, al igual que lo hacen para los tatuajes.
Mareros y pandilleros señalan que en la actualidad existe una tendencia a abandonar los símbolos de identidad (en particular los tatuajes), para no ser identificados tan fácilmente por las autoridades.

La “doctrina” mara, es simplemente un sentimiento gregario por el que los miembros de una pandilla mantienen pactos de lealtad y solidaridad frente a otros grupos rivales. Las maras, un fenómeno latinoamericano, funcionan a modo de hermandades con jerga, símbolos y tatuajes propios. Ellos mismos se dan cobijo, sufragan sus gastos y saldan sus deudas.

Cada mara posee sus códigos de comunicación y claves, aquellas que les hacen sentirse diferentes al resto de la gente. Además, la estética, el lenguaje, las bravuconadas y la perspectiva de la vida se apuntalan en un sentimiento de superioridad arropado por su violencia desmedida. Una violencia que excede lo visto hasta la fecha, con asesinatos indiscriminados, mutilaciones, ‘vendettas’ pactadas, robos, violaciones, "impuestos de guerra" - a cambio de no hacer daño-, o narcotráfico.

Según la Policía Nacional Civil, las maras cuentan con unos 60.000 jóvenes, en su mayoría hombres y habitantes de las periferias de las ciudades. Sus tatuajes son parte de su currículo y así, las lágrimas colocadas bajo sus ojos representan los seres humanos a los que les quitaron la vida.

Teniendo en cuenta que el germen de esta panda se origina en la década de los 80 en Los Ángeles (formada por centroamericanos con el fin de defenderse de otros grupos étnicos de pandilleros), no es de extrañar que su presencia haya sido localizada en 36 estados de Estados Unidos. Los Ángeles, el norte de Virginia, Maryland y Nueva York son los que cuentan con un mayor índice.

Tampoco es raro que haya estrategias conjuntas como el denominado Plan Internacional de Operaciones Simultáneas contra Pandillas, acordado por cinco países afectados. Amén de intentar una mejor coordinación con la Fuerza de Tarea Nacional Antipandillas del FBI (Oficina Federal de Investigaciones, de EU).

El escritor mexicano Rafael Ramírez Heredia en su novela La Mara relaciona el drama de los emigrantes en su afán por llegar a Estados Unidos con las pandillas que les acechan y asaltan en el camino: "En la oscuridad, entre la selva, acecha un racimo de rostros con lágrimas tatuadas en la mejillas. Esperan el paso del tren de carga. Es el infierno que se lleva dentro. Es la furia irracional, inhumana, sórdida. Es la Mara Salvatrucha a punto de saltar sobre los indocumentados que acaban de cruzar la frontera...".

 

El Grupo Alborde Teatro A. C. de Cd. Juárez, Chihuahua, aborda el tema, que no le es ajeno, a través de la obra Mara o de la noche sin sueño, de Antonio Zúñiga, presente en el afortunado ciclo Los estados en El Milagro, que el teatro del mismo nombre lleva a cabo actualmente en su teatro sede en la calle Milán número 24, Col. Juárez

Alborde Teatro es una Compañía teatral mexicana de gran presencia nacional, originada en la zona fronteriza del país: Ciudad Juárez, Chihuahua.

Entre sus más destacados trabajos se encuentran obras participantes de las distintas Muestras Nacionales de Teatro que han reunido el teatro más sobresaliente de México. Ha realizado presentaciones, temporadas y giras en México D. F., Chihuahua, Cuba y el sur de los Estados Unidos de manera constante durante los últimos 10 años.

Ha participado en 3 ediciones del Festival Internacional Chihuahua Encuentro en la Cultura, 2 en el Festival de las Jornadas Villistas, 4 Muestras Nacionales de Teatro, la XXXV edición del Festival Internacional Cervantino, Festival Otras Latitudes, el Festival de México en el Centro Histórico, Festival Internacional de La Habana, Cuba; 4 temporadas del Programa Nacional de Teatro Escolar, además de varias temporadas en diferentes teatros de la Ciudad de México. Actualmente prepara una gira por diferentes estados de la República y presentaciones en Cuba, en el Festival de Mayo Teatral.

Sus integrantes han buscado consolidar una estética del teatro de la frontera de México. Rodolfo Guerrero y Antonio Zúñiga, han propuesto búsquedas contemporáneas en los lenguajes dramatúrgicos y escénicos. En los últimos años, han explorado sobre la infancia, su entorno histórico e indígena y la cultura latina.

El grupo cuestiona ¿qué es Mara o de la noche sin Sueño?:

El grupo responde: Brenda Paz, informante del FBI, es el hilo conductor de la historia, por medio de quien se desarrolla una trama cinematográfica, fragmentada en tiempos discontinuos que intentan romper una narrativa lineal, mostrando en escena una historia verídica ocurrida en EU.

Mara o de la noche sin Sueño, no es teatro documental sobre la Mara Salvatrucha, retrata una realidad social y lingüística de la cultura latina de una manera enigmática: fresca, divertida, jovial y también dolorosa, con personajes llenos de contradicciones, que lindan las fronteras de la realidad y la ficción en el desarrollo de la historia.

En Mara, ¿los actores están en la ficción de una película de Tarantino o los personajes están en la realidad de este mundo? ¿Donde esta el borde de la ficción? ¿Ellos nos cuentan su historia a nosotros o ellos a si mismos? ¿Es un sueño?

En un espacio sencillo donde la intención mayor en la propuesta es depurarla de mecanismos teatrales, dando lugar a la palabra del actor y sus acciones, a la comunicación del actor y el espectador. Mara aborda la violencia y miseria de los hommies pieles morenas, sus mundos, sobre el sentido que toma la vida en este mundo moderno, un tiempo que nos ha devuelto el estado primitivo del hombre.

Brenda Paz se hace informante del FBI. Identifica detrás de un vidrio a los presuntos implicados en el homicidio de Joaquín Díaz, líder de la MS 18. Francisca Beltrán Infante y Sweet Candy, agentes del FBI; le ofrecen seguridad y ayuda del gobierno, en una Security House, en USA. A lo largo de East LA ha corrido mucha sangre, Joaquín Díaz, líder de la MS 18 y Dennis Rivera, se encuentran frente a frente, para solucionar los conflictos entre ambos bandos. Pactan un acuerdo, pero Joaquín decide no regresar a la ganga que lo vio nacer y crecer como uno de los pandilleros mas renombrados de la unión americana.

Paz informa al FBI quién fue el asesino. Brenda ahora es la capitana de la MS-13 y ellos, los hommies, han comenzado a verla con recelo.

 

Mara o de la noche sin Sueño, representante de Chihuahua en el relevante ciclo Los estados en El Milagro, es una impactante puesta en escena que en mucho nos remite a Zoot Suit, la memorable obra de Luis Valdéz en torno al fenómeno migratorio y a la conformación de grupos de jóvenes en sociedades sectarias y racistas como la estadounidense. Con su exploración del espantoso desbordamiento de odio y resentimiento que tuvo lugar en Los Ángeles durante la segunda guerra mundial, esta película nos revela mucho sobre las relaciones raciales en los Estados Unidos de hoy.

Hoy no son los pachuchos vestidos con sus sombreros de ala ancha, sus pantalones bombachos, sus botas altas y sus sacos largos, estos "zoot-suiters" se llamaban "mad cats." Usaban frases cómo "Terrific as the Pacific" y "Frantic as the Atlantic." Cruzaban las fronteras culturales y se enfrentaban a los límites de raza y clase, intentando definir para ellos mismos lo que era ser un Americano en Los Ángeles en 1942. Hoy son los violentos maras lo que invaden las calles gringas, visten menos ropa, aunque siguen tan visuales como sus antecesores, y su léxico es bastante mas explicito.

Con una deslumbrante puesta en escena que se caracteriza por su sobriedad y su propuesta pletórica de imágenes, todas ellas de gran valor estético, que contrasta con el exacerbado lenguaje crudo, vulgar, violento, sin maquillajes, aunque los cuerpos de sus actores si están maquillados, con los tatuajes característicos de estos hiperviolentos jóvenes. Un montaje audaz, que refleja una triste realidad que aqueja a su estado de procedencia. Un texto que nombra a los cuadros que la conforman con títulos de películas como Sospechosos comunes, Pulp Fiction, Perros de reserva, Living las Vegas y  El bueno, el malo y la fea. Como podemos observar, Antonio Zúñiga debe profesar una admiración al cineasta Quentin Tarantino y a algunos de los colegas de este, y su texto es un homenaje a ese cine de extrema violencia.

La mayoría de las obras del dramaturgo y actor Antonio Zúñiga se han puesto en México y Estados Unidos. En México, ha realizado varias adaptaciones para La Compañía Nacional de Teatro, para la Compañía de El Centro Dramático de Michoacán y distintos grupos profesionales de la capital. Directores como Luis de Tavira, Sandra Félix, Rodolfo Guerrero y Rocío Belmont, han montado sus obras. Varios de sus textos han sido publicadas en México entre ellos: Chihuahua para niños y Antología de teatro de Antonio Zúñiga, en Ciudad Juárez, Chihuahua, Entre sus obras se cuentan: Sol Blanco; Gol de Oro; La Zona del silencio; Estrellas Enterradas;  Cóctel Margarita;  El Tiradito; Crónica de Un Santo Pecador; Panóptico; Ruleta Rosa; Pancho Villa y Los niños de la bola; Una Luna de Pinole.

Integrante del Taller de Dramaturgia de Jesús González Dávila y Vicente Leñero. Ha formado parte del cuerpo académico del Centro Dramático de Michoacán dirigido por Luis de Tavira en los últimos tres años. Actualmente es académico de la Escuela de escritores de la SOGEM, en Metepec, Edo. De México. Adaptó:Felipe Ángeles, con Luis de Tavira ySanta Juana de Los Mataderos entre otros, Montajes de Luis de Tavira con la CNT.

Su más reciente texto llevado a escena, Mara o de la Noche sin Sueño, está publicada en Ediciones el Milagro como dramaturgia emergente.

El director del montaje, Rodolfo Guerrero, inicia su carrera teatral desde hace más de veinticinco años en Ciudad Juárez, Chihuahua, El Paso Texas y la Ciudad de México.Desde hace mas de diez años ha dirigido teatro, su repertorio abarca autores mexicanos y extranjeros como Jesús González Dávila, Emilio Carballido, Antonio Zúñiga, Carmen Vázquez-Vigo y Fernando Almena. Es el responsable de puestas en escena como: Muchacha del Alma, Tiempos Furiosos, Gol de Oro, Aire de Colores, Rompe Cabeza y Los Locos de Valencia, Pancho Villa y los Niños de la Bola;Una Luna de Pinole.  entre otras.

Esmiembro fundador de los grupos Alborde Teatro de Ciudad Juárez y de Puerta al Teatro en Michoacán.

Mara o de la Noche sin Sueño se estrenó el 28 de septiembre de 2008 en el Teatro de la Ciudad de Delicias, en el marco del 4º Festival Internacional Chihuahua.

 

Como dice Martín Pérez: “El teatro es de todos. Asista”

 
Absolutamente recomendable, No se la pierda

Mara o de la noche sin sueño, de Antonio Zúñiga

Grupo Alborde Teatro A. C. De Ciudad Juárez, Chihuahua.

Dirección: Rodolfo Guerrero

Actuación: Yolanda Abbud, José Concepción Macías, Gilberto Barraza, Sandra Rosales, Javier Sixtos, Saidh Torres, Alvaro Candia, Christian Cortes Y Guadalupe Vega.

Teatro El Milagro, Milán 24 Col. Juárez.

Lunes y martes 21:00 horas.

8, 9, 15 Y 16 DE FEBRERO DEL 2010, 8:30 P.M.














 
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