ÁGORA TEATRAL
  LOS MONOLOGOS DE LA VAGINA
 
LOS MONOLOGOS DE LA VAGINA
Teatro del Hotel NH, Septiembre 2009

 
Texto y Fotografía:
©2009 Ricardo Gutiérrez Chávez
     Para esta obra y en particular para esta  función, realice un ejercicio de objetividad, dejando de lado, que esta puesta en escena se ha repetido más de 5000 veces; representada siempre por figuras públicas de primer nivel, desde Rosario Robles hasta la Dra. Anabel Ochoa, de Janet Arceo a Stephanie Salas, de Tere Vale a Lupita Jones, sin dejar de mencionar la destacada participación de Patricia Reyes Espindola y de Diana Bracho, quienes han sido protagonistas de estos monólogos reivindicadores de la vagina. También decidí dejar a un lado, que una de las protagonistas de esta función -ni más ni menos que Carmen Montejo- tiene una exitosa trayectoria artistica de más de 77 años, no solo de la época de oro del cine nacional, sino también del teatro en México. Antes de comenzar la obra dejé de pensar en "Adorables enemigas" y en "Tres mujeres altas", obras donde la presencia de la antes llamada “Muñequita Sánchez” cimbro a los espectadores; hoy solo reconoceré que una actriz de 84 años de edad se planto de forma magistral en el foro del Teatro NH para hablarnos de la vagina.
Carmen Montejo logra desde que pisa el escenario que disfrutemos de una dama, con la experiencia y la autoridad para hablarnos de algo que ella domina como nadie: El ser mujer.
La actriz Carmen Montejo, esa noche,  dio una cátedra de profesionalismo donde ni la maldita tos, impidió que sus frases impactaran al publico haciéndolo gritar al unisonó la palabra “coño” con la fuerza que da la rebelión a los convencionalismos que han minado -pero no lo suficiente- la expresión de los mas íntimos sentimientos de la vagina; ¿Cómo? ¿La vagina siente?, -Se preguntarán los caballeros ensimismados con su falo opresor, tirano y egoísta.
-La vagina no solo abre su telón para dar paso a la nueva vida, no solo siente. Habla, se viste de gala, ríe, llora, sufre de mutilaciones hechas por el fanatismo religioso, se encabrona por el maltrato del ginecologo, se indigna por las muertas de Juárez, huele a pescado y a flores, a frescura y a esperanza, a olvido y a resistencia, huele a Carmen Montejo a Nuria Bages y a Jana Raluy en una noche de libertad vaginal.
Hablar de la vagina no son ocurrencias, es el centro mismo de la existencia, sobra decir que los hombres no sabemos ni sabremos nunca como  se siente la múltiple sensación de placer expuesta en esta obra por Jana Raluy en una exquisita muestra de histrionismo orgásmico.
Al final de la función recobré conciencia de la trayectoria artística de la señora Montejo, gracias a que subió al escenario el actor Ignacio López Tarso; solamente López Tarso -de quien la señora Montejo se expreso como el más grande amor que ha tenido después de su marido-, solamente él, podría describir lo que ha representado Carmen Montejo en la vida teatral de nuestro país,  el señor López Tarso, junto con Lila Deneken, fueron los encargados de develar la placa conmemorativa de las 5700 representaciones, de esta obra que ha llegado a ocupar un lugar muy importante en la historia del teatro en México.
Sin lugar a dudas Carmen Montejo no necesita apoyarse en su trayectoria para demostrar en cada función que sigue siendo una actriz de primer nivel.































 
 
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